martes, 14 de octubre de 2008

No quieras, Lidia, edificar en el suelo
Que imaginas futuro, o prometerte
Mañana. Se cumple hoy, no esperando.
Tú misma eres tu vida.
No te destines, que no eres futura.
¿Quién sabe si, entre la copa que agotas
Y ella de nuevo llena, no interpone
el abismo tu suerte?


Fernando Pessoa

jueves, 26 de junio de 2008

Viruta

Mi cuerpo es un lápiz sin mina.
Un nene quiere dibujar.
Me coloca en el sacapuntas y empieza a girarme.
Mi piel se parte como madera seca.
El nene no para de girarme en la cuchilla.
Mi carne cae en finos rollos de madera.
El lápiz se traba en el filo.
El nene hace fuerza y arranca un pedazo de corteza.
Continúa.
No se detiene.
De mí ya no queda nada.
Soy viruta dispersa en el piso.

lunes, 2 de junio de 2008

Fragmentos de mi diario

“Soy de Tauro. El planeta regente de Tauro es Venus. En la mitología romana Venus emerge del mar. Mi propia mitología es marítima. Amo nadar, me pasaría cinco horas en natación. Amo el mar. El mar es mi hogar. Me suicidaré en el mar y que mi carne sea una ola estrellándose en las rocas (Pessoa).”

“Sólo amarla. No decírselo. Ni siquiera intentar conquistarla. Padecer este amor. Contenerlo en mi cuerpo. Quiero amarla y no estar con ella. Amarla y no ser correspondido.”

“Solo. Vivir solo. Todas mis actividades son solitarias: leer, escribir, nadar, y jugar ajedrez. No tengo que ir en contra de eso, tengo que explotarlas lo más que pueda. Así será mi redención.”

“Mi voluntad es un cubito de hielo que se arroja desde la cima de una montaña. En la caída no arrastra nada. Y si se atasca con alguna roca sólo hay que esperar que se derrita y se escurra como agua, también sin arrastrar nada.”

sábado, 24 de mayo de 2008

Quién

La persiana de la caja está cerrada.
Ella desclava una blusa de sus tacos.
Mi remera es un mar y la sal come la piel.
Ella juega con un hilo de su blusa.
¿Cómo te llamás?
No contesta.
Ella tira del hilo de su blusa.
Te pregunté cómo te llamás.
No contesta.
Ella deshace su blusa.
Esta habitación parece un desierto.
No contesta.
Ella hizo de su blusa un ovillo de lana.
Tengo sed.
Agarra un vaso.
Va a la canilla.
Los tacos se clavan en el piso.
Abre la canilla.
Llena el vaso con arena.
Lo deja sobre la mesa.
Me inclino.
Bebo unos granitos.
Hay una playa en mi garganta.
Ella abre la reposera.
Ella se sienta.
Ella clava los tacos en la arena.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Lunar de hilos

Un cardón que cabe en mi mano.
Lo alzo.
Me clavo una espina. La sangre se escurre por el volcán. La gente corre.
Camino.
Alguien me choca: una mujer. Cuento los lunares de su oreja. Se levanta y corre entre la multitud.
La sigo.
Su pollera no oculta el lunar de hilos. En una esquina dobla.
Corro.
Giro a la izquierda.
Tropiezo.
Caigo a las sábanas de asfalto. Ella está acostada a mí lado. Me observa y pregunta:
-¿Qué te parece?
-¿Qué cosa?
-La mirada.
-Amarrilla.
-Como una aguja que usó mi abuela.
-Dame el manojo de hilos.
-¿Cuál?
-El de la pierna.
-¿Vas a tejer?
-Un vestido de espinas.
-¿Para quién?
-Quizás para vos.
-¿Nos va a herir?
-Tapate con la hojarasca.
La sábana se deshace en el movimiento. Ella tiembla. Se levanta. Acaricia un árbol sin hojas, con una hamaca y un ave. Agarra un hilo de su lunar. Me lo ofrece.
Lo acepto.
Ella corre hacia la casa. Veo como a cada paso se descose. Abre la puerta, entra y la cierra.
Miro el hilo que se extiende desde mi mano hasta la puerta.
Me siento en la hamaca.
Me balanceo.
El ave se posa en mi rodilla. Despliega sus alas y vuela. La casa desde el cielo.
Caigo.

Pozo

El jardín de mi casa.
Mamá hace un pozo.
Salto la soga.
Mamá hace el pozo con sus manos para enterrar un ovillo de lana.
Me gusta saltar la soga.
Mamá deja el ovillo en el pozo.
Mis piernas se enredan en la soga.
Mamá echa una mano de tierra en el pozo.
Caigo en el pozo.
Mamá me cubre con tierra.

domingo, 18 de mayo de 2008

Caja

Camino.
Un bosque. Un árbol. Arranco una hoja. La guardo en la caja.
Giro.
Una playa. Tomo un grano de arena. Lo guardo en la caja
Salto.
Un mar. Agarro una gota de agua. La guardo en la caja.
Nado.
Una cabaña con chimenea, con humo. Una entrada sin picaporte, sin timbre. Empujo la puerta.
Entro.
Un living sin muebles, con sombras. La risa en alguna de las habitaciones.
La encuentro.
Es de un hombre sentado con un habano, con traje, con cara de payaso.
Sonríe.
-La caja- dice.
-De cartón- contesto.
-¿Está todo?
-Sí.
-¿Te gusta el color de mi ojo?
-Prefiero el arco iris.
De la manga saca un sombrero, de la otra una paloma. La pone en el gorro. Me muestra el hueco vacío.
-¿Dónde fue?
-No sé. ¿En el bolsillo?
-No está.
-¿Detrás de la oreja?
-Tampoco. ¿Otro truco?
-Bueno.
Me agarra. Me pone dentro de la caja. La cierra.





*****************

Este cuento que escribí en el 2006 y corregí esta semana lo publicaron en: www.cuentosymas.com.ar

domingo, 11 de mayo de 2008



un beso.

un tiempo.

una ola que se esconde en un alfiler.

una rana y su ruido.


Maris*

domingo, 27 de abril de 2008


Dos fragmentos de Los diaros de Franz Kafka:

"Por descontado, nada en el mundo puede ya salvarte, y así, ante su conducta, se puede pensar en el cadáver de un ahogado que arrastrado a la superficie por una corriente, choca con un nadador cansado, le pone las manos encima e intenta agarrarse. El cadáver no vuelve a la vida y ni siquiera puede ser puesto a salvo, pero puede hundir al hombre consigo"


"El que no sabe qué hacer con su vida mientras vive necesita una de sus dos manos para desviar un poco la desesperación por su destino -esto ocurre de un modo muy imperfecto-, pero con la otra mano puede tomar nota de lo que ve por debajo de las ruinas, porque ve cosas diferentes y en más abundancias que los otros, es, sin duda, un muerto en vida, y a la vez el único superviviente, lo cual no presupone que no necesite las dos mano, y más si las tuviera, para luchar contra la desesperación."

miércoles, 16 de abril de 2008

Amalia colecciona hojas de árboles. Las pone en algún bolsillo o en la mochilla. Junta cinco al día y sólo las que encuentra en el piso. Jamás las arranca de los árboles. Las guarda en cajitas que esconde debajo de su cama. Ya tiene ocho. Algunas son amarillas, otras verdes. Algunas se deshacen, otras pareciera que todavía cuelgan.
Marcelo tiene el brazo apoyado en el tablero, agarra un lápiz mordido y mira abstraído el diseño de una autopista; a su alrededor lápices rotos por el piso, el escritorio y gran cantidad de viruta desparramada. En la puerta Estela, su ex novia, con una valija de piel de cocodrilo y el rimel corrido, que regresó de Moscú cuando se enteró que su ex suegra fue internada en un geriátrico y que él no visita.

lunes, 31 de marzo de 2008

Una escena de Last Days de Gus Van Sant.


Enero en Jueya, Jujuy, con Matías.
Una tarde pasamos a saludar a Dante por la estación de servicio de Tilcara. Nos prosuso de ir a ver una laguna en bicicleta. Me prestó una y otra a Matías. Nos acompaño otro chico, amigo de Dante. Pedaleamos quince minutos, dejamos las bicis apoyadas en un árbol. Preguntamos si la laguna era profunda. Dante nos contestó que sí, sólo un trecho, hasta esa rama que se ve ahí. Matías se sacó la remera, se metió y nadó. Yo no me animé y fui a ver a unos nenes que pescaban cangrejos.


domingo, 30 de marzo de 2008

Te esperé en la habitación
del hotel
te esperé sentado en la cama
Las manos en las rodillas
Y la televisión pretendida
Rasqué la sábana
el piso
La puerta
rasqué mi espalda
mientras te esperaba

jueves, 27 de marzo de 2008

Grieta

El sinónimo de tu cintura
un punto en la pared

una grieta
hacia dónde

una mancha
de qué colores

un vacío
para qué

un pozo
desde dónde
Dos parejas de recién casados se juntan a comer después de la luna de miel: hay una picada y cervezas. La única luz de la habitación viene de dos lámparas altas con pantallas rojas y en el medio una foto de la Catedral de San Basilio. Esteban, Luis y Mariela charlan, y Bárbara abstraída rasca la mesa.

miércoles, 26 de marzo de 2008

ella colgaba como una hoja de un árbol del cual no quería desprenderse
ni soltarse
ni bajarse
ni ser arrancada
Un aula. Un esqueleto amarillo en un costado. En el pizarrón una lista de huesos: sacro, cráneo, maxilar superior, maxilar inferior, cóccix, escápula, clavícula, húmero, radio, fémur, rótula, tibia, peroné. Una alumna esta acostada en el piso, sus zapatos a su lado y mira una mancha en el techo. Entra un compañero con carpetas y cuadernos y le pregunta qué hace.
en lo hondo
las esquirlas
de quién
susurran huellas
que se abren
como grietas
en las paredes,
y las desmoronan.
La máquina
esta oxidada
Y hay quiénes
Creen que siempre fue
Amarilla,

Que lo podrido
Le crece desde dentro,

Que la sal
la descompone

Que el tiempo
La devora

Que es roída
Por la misma piel

Hay quiénes,
Y la máquina.

martes, 25 de marzo de 2008

del otro lado
de la ventana
un desierto
que devora
y traga el vidrio
la pared
el piso
el techo
el sofá
una foto de la Catedral de San Basilio
un velador
el cenicero
un vaso con whisky
la carne
una nota de mamá
hoy no pasaste
el teléfono que suena
el pelo
las pestañas
la cortina
la silla
otra vez el vidrio

después arena