viernes, 16 de noviembre de 2007

Ausencia

Roland Barthes escribió en la figura amorosa ausencia, de Fragmentos de un discurso amoroso (1977):
“La ausencia amorosa va solamente en un sentido y no puede suponerse sino a partir de quien se queda –y no de quien parte-: yo siempre presente, no se constituye más que ante tú, siempre ausente”.
En la ausencia quién se queda permanece en espera, el otro es movedizo, huye, viaja.
¿Cómo es la situación de quién sabe que el otro no va a regresar? Esto sucede en la obra Open House de Daniel Veronese: el actor que deja la obra ya no puede regresar a ella, queda automáticamente excluido de los ensayos y no es remplazado. La obra va a morir, “tendrá una muerte natural”, como asumen los actores.
Gustavo Antieco, actor de Open House, expresa lo que sintió cuando tres de sus compañeros partieron en distintas circunstancias: “Son dos sensaciones, lo sentimental y lo artístico, porque el producto se nutre de las partidas. Cuando alguien se va la obra se modifica, crece, mejor dicho, sigue destruyéndose, porque es una obra que va a desaparecer cuando no quede nadie”.
Cuando un actor se va, queda un espacio vacío. Olga Nani, actriz de Open House cuenta que sucede con esos espacios que se generan cuando alguien parte: “No se buscan reemplazos, no los hay. Lo que hacemos es traer nosotros mismo un texto del que se fue. No hay reemplazo ni si quiera en lo escenográfico, de poner algo donde estaba esa persona o cambiar la escenografía para que diga hay aire de nuevo. La obra se esta poniendo vieja y va teniendo huecos. Tratamos que no sean huecos a nivel puesta, la idea no es que venga el público y diga esta obra tiene huecos, sino de huecos para nosotros”.
A pesar de estos huecos, Antieco percibe que quienes se fueron siguen estando: “Porque se sigue hablando de ellos, el espacio está, se muestran sus fotos. Se dice que esa persona existió. No pienso que se hayan ido, es más diría que toman más relevancia porque son, en cierta manera, los causantes.”
Sigmund Freud en su ensayo Duelo y melancolía diferencia estos dos estados. El primero es la reacción, por lo general, a la perdida de un ser amado u otra cosa que se aprecia; sólo es un padecimiento pasajero, que desaparecerá por sí solo. La melancolía, se caracteriza por un estado profundamente doloroso, produce un desinterés por el mundo exterior, y hasta se puede perder la capacidad de amar.
Para Olga, en el duelo, “hay un avance, la persona que se fue, en el mejor de los casos, queda como un recuerdo, y la pérdida es superada”. Sin embargo, explica que en Open House siempre hay melancolía: “Es una ausencia extraña, por que están tan presentes, es difícil sacarlos, forman parte de la obra, y no terminan de estar ausentes. Al convocarlos todos los lunes no se puede terminar de hacer un duelo, nos quedamos en una melancolía. Pero es difícil superarlo porque la obra los trae. Nosotros elegimos textos de ellos para que sigan estando. Somos como esas madres lorquianas que se quedan con el hijo que murió en la guerra”.