sábado, 24 de mayo de 2008

Quién

La persiana de la caja está cerrada.
Ella desclava una blusa de sus tacos.
Mi remera es un mar y la sal come la piel.
Ella juega con un hilo de su blusa.
¿Cómo te llamás?
No contesta.
Ella tira del hilo de su blusa.
Te pregunté cómo te llamás.
No contesta.
Ella deshace su blusa.
Esta habitación parece un desierto.
No contesta.
Ella hizo de su blusa un ovillo de lana.
Tengo sed.
Agarra un vaso.
Va a la canilla.
Los tacos se clavan en el piso.
Abre la canilla.
Llena el vaso con arena.
Lo deja sobre la mesa.
Me inclino.
Bebo unos granitos.
Hay una playa en mi garganta.
Ella abre la reposera.
Ella se sienta.
Ella clava los tacos en la arena.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Lunar de hilos

Un cardón que cabe en mi mano.
Lo alzo.
Me clavo una espina. La sangre se escurre por el volcán. La gente corre.
Camino.
Alguien me choca: una mujer. Cuento los lunares de su oreja. Se levanta y corre entre la multitud.
La sigo.
Su pollera no oculta el lunar de hilos. En una esquina dobla.
Corro.
Giro a la izquierda.
Tropiezo.
Caigo a las sábanas de asfalto. Ella está acostada a mí lado. Me observa y pregunta:
-¿Qué te parece?
-¿Qué cosa?
-La mirada.
-Amarrilla.
-Como una aguja que usó mi abuela.
-Dame el manojo de hilos.
-¿Cuál?
-El de la pierna.
-¿Vas a tejer?
-Un vestido de espinas.
-¿Para quién?
-Quizás para vos.
-¿Nos va a herir?
-Tapate con la hojarasca.
La sábana se deshace en el movimiento. Ella tiembla. Se levanta. Acaricia un árbol sin hojas, con una hamaca y un ave. Agarra un hilo de su lunar. Me lo ofrece.
Lo acepto.
Ella corre hacia la casa. Veo como a cada paso se descose. Abre la puerta, entra y la cierra.
Miro el hilo que se extiende desde mi mano hasta la puerta.
Me siento en la hamaca.
Me balanceo.
El ave se posa en mi rodilla. Despliega sus alas y vuela. La casa desde el cielo.
Caigo.

Pozo

El jardín de mi casa.
Mamá hace un pozo.
Salto la soga.
Mamá hace el pozo con sus manos para enterrar un ovillo de lana.
Me gusta saltar la soga.
Mamá deja el ovillo en el pozo.
Mis piernas se enredan en la soga.
Mamá echa una mano de tierra en el pozo.
Caigo en el pozo.
Mamá me cubre con tierra.

domingo, 18 de mayo de 2008

Caja

Camino.
Un bosque. Un árbol. Arranco una hoja. La guardo en la caja.
Giro.
Una playa. Tomo un grano de arena. Lo guardo en la caja
Salto.
Un mar. Agarro una gota de agua. La guardo en la caja.
Nado.
Una cabaña con chimenea, con humo. Una entrada sin picaporte, sin timbre. Empujo la puerta.
Entro.
Un living sin muebles, con sombras. La risa en alguna de las habitaciones.
La encuentro.
Es de un hombre sentado con un habano, con traje, con cara de payaso.
Sonríe.
-La caja- dice.
-De cartón- contesto.
-¿Está todo?
-Sí.
-¿Te gusta el color de mi ojo?
-Prefiero el arco iris.
De la manga saca un sombrero, de la otra una paloma. La pone en el gorro. Me muestra el hueco vacío.
-¿Dónde fue?
-No sé. ¿En el bolsillo?
-No está.
-¿Detrás de la oreja?
-Tampoco. ¿Otro truco?
-Bueno.
Me agarra. Me pone dentro de la caja. La cierra.





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Este cuento que escribí en el 2006 y corregí esta semana lo publicaron en: www.cuentosymas.com.ar

domingo, 11 de mayo de 2008



un beso.

un tiempo.

una ola que se esconde en un alfiler.

una rana y su ruido.


Maris*