miércoles, 21 de mayo de 2008

Lunar de hilos

Un cardón que cabe en mi mano.
Lo alzo.
Me clavo una espina. La sangre se escurre por el volcán. La gente corre.
Camino.
Alguien me choca: una mujer. Cuento los lunares de su oreja. Se levanta y corre entre la multitud.
La sigo.
Su pollera no oculta el lunar de hilos. En una esquina dobla.
Corro.
Giro a la izquierda.
Tropiezo.
Caigo a las sábanas de asfalto. Ella está acostada a mí lado. Me observa y pregunta:
-¿Qué te parece?
-¿Qué cosa?
-La mirada.
-Amarrilla.
-Como una aguja que usó mi abuela.
-Dame el manojo de hilos.
-¿Cuál?
-El de la pierna.
-¿Vas a tejer?
-Un vestido de espinas.
-¿Para quién?
-Quizás para vos.
-¿Nos va a herir?
-Tapate con la hojarasca.
La sábana se deshace en el movimiento. Ella tiembla. Se levanta. Acaricia un árbol sin hojas, con una hamaca y un ave. Agarra un hilo de su lunar. Me lo ofrece.
Lo acepto.
Ella corre hacia la casa. Veo como a cada paso se descose. Abre la puerta, entra y la cierra.
Miro el hilo que se extiende desde mi mano hasta la puerta.
Me siento en la hamaca.
Me balanceo.
El ave se posa en mi rodilla. Despliega sus alas y vuela. La casa desde el cielo.
Caigo.

3 comentarios:

Marina dijo...

Hay algo en los silencios de tu escritura, que por momentos me da vértigo y por momentos me encanta...
Me gusto leerte
Besos

Citronnier dijo...

Me gusta como esta quedando el blog ramín, pero los textos verdes y amarillos... hmm proba otro color que no sea tan saturado aver como queda :P

lindo el té xto como siempre!

Violeta dijo...

Sin embargo, estuvo... un momento, en algún lugar, arriba, abajo, adentro, entera, por la mitad ... estuvo.

Me llama mucho la atención tu forma de escribir. Es atrapante.

Me saludos!