domingo, 27 de abril de 2008


Dos fragmentos de Los diaros de Franz Kafka:

"Por descontado, nada en el mundo puede ya salvarte, y así, ante su conducta, se puede pensar en el cadáver de un ahogado que arrastrado a la superficie por una corriente, choca con un nadador cansado, le pone las manos encima e intenta agarrarse. El cadáver no vuelve a la vida y ni siquiera puede ser puesto a salvo, pero puede hundir al hombre consigo"


"El que no sabe qué hacer con su vida mientras vive necesita una de sus dos manos para desviar un poco la desesperación por su destino -esto ocurre de un modo muy imperfecto-, pero con la otra mano puede tomar nota de lo que ve por debajo de las ruinas, porque ve cosas diferentes y en más abundancias que los otros, es, sin duda, un muerto en vida, y a la vez el único superviviente, lo cual no presupone que no necesite las dos mano, y más si las tuviera, para luchar contra la desesperación."

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