lunes, 23 de julio de 2007

Caja

Camino. Un bosque.
Un árbol. Arranco una hoja. La guardo en la caja.
Giro.
Una playa. Tomo un grano de arena. Lo guardo en la caja
Salto.
Un mar. Agarro una gota de agua. La guardo en la caja.
Voy a la orilla.
Una cabaña con chimenea, con humo. Una entrada sin picaporte, sin timbre. Empujo la puerta. Entro. Un living sin muebles, con sombras.
La risa en alguna de las habitaciones. La encuentro; es de un hombre sentado con un habano, con traje, con cara de payaso. Sonríe. La caja, dice. De cartón, respondo. ¿Está todo? Si, contesto.
¿Te gusta el color de mi ojo? Prefiero el arco iris. De la manga saca un sombrero, de la otra una paloma. La pone en el gorro. Me muestra el hueco vacío. La paloma desapareció. ¿Dónde fue? No sé. ¿En el bolsillo? No está. ¿Detrás de la oreja? Tampoco. ¿Otro truco? Bueno.
Me agarra. Me pone dentro de la caja. La cierra.

No hay comentarios: